y se torna gentil cuando ella mira: donde pasa, todo hombre a verla gira
y a quien ve tiembla el alma enamorada. Anochece si esconde su mirada, y por volverla a ver todo suspira:
ante ella la soberbia huye y la ira;
bellas, honrad conmigo a mi adorada. Feliz mil veces quien la ve y la siente; al nacerle el alma al punto empieza
todo humilde pensar, toda dulzura, y no sabe, almirarla sonriente, si en ella se excedió naturaleza,
o el milagro gentil tanta hermosura.